14 de septiembre de 2009

Estados Confesionales

Legalizan Lapidación en provincia Indonesa.

En un blog que frecuento, llamado Debunking Christianity -en los enlaces a la izquierda-, el autor, un ex-pastor cristiano, explica que por su falta de conocimiento del islam no se dedica a refutarlo; el señor posee grandes conocimientos y es un autor de libros ateos muy reconocido el los EU, su forma de explicar la falsedad del cristianismo es muy amena y fácil de entender, además de que es capaz de darle unas zoquetizas a los cristianos que se atreven a cuestinarlo (cada vez menos lo hacen).

Bueno, pues en mi opinión notas como las que abre este post dan pie a la más dura crítica contra la religión creada por Mahoma, no es posible que se apliquen castigos religiosos por actividades que son de estricto orden personal y privado, sobre todo cuando dichas leyes significan la muerte por actos tan banales como ponerle los cuernos a alguien; ok, la infidelidad no es bonita y lastima a las personas, pero de ahí a condenar a muerte por eso existe un abismo, más todavía cuando dicha sentencia se ejecuta casi exclusivamente contra la mujer reforzando la infame misoginia del Corán.
Y luego viene la mentada sentencia de los azotes, por cosas tan estúpidas como comer durante el tiempo de ayuno -Ramadán- aunque no sea uno musulmán!! Vean lo que está pasando en Egipto, por ejemplo, o la reportera que por beber una cerveza será azotada -y lo acepta la muy &%&$#&, o ser encarcelada por usar pantalones, o asesinado por no ser musulmán como en Pakistán.

En verdad no se necesita conocer mucho del islam para darse cuenta de que es una religión violenta, arcaica, misógina y terriblemente represiva, amén (sic) de que siempre tiende a ser incluida como ley en los países donde por desgracia es mayoría, coartando las libertades conforme los desgraciados fundamentalistas afianzan su poder imponiendo su versión de la Sharia (ley coránica). Sé que así como existen buenos cristianos hay buenos musulmanes, pero como en toda religión, son los malos los que llevan la batuta, y eso, en este siglo, ya no debe suceder.

Alto a los estados confesionales!!