27 de junio de 2010

Al fín se acabó....

Y es que después de UN AÑO ¡un año! de sufrir y soportar la 'fiebre mundialista' en forma de countdowns (de 365 días y horas y minutos), interminables sesiones de filosofía futbolera, debates pamboleros e infinitas discusiones sobre los mejores jugadores, el Mundial para México por fín terminó.

Este Domingo Argentina tuvo a bien recordarles a los directivos qué mal manejan el futbol mexicano, al DT lo mal que planeó todo, a los jugadores que dejar el alma en la cancha no es todo si no juegan bien y a la afición que no hay que poner todos los huevos en la canasta de los ídolos de barro.

Argentina 3 - México 1. Así nomás.

No me enfrascaré en más dilapidación de palabras en este asunto, toooda la semana que viene los mismos que adoraban a la selección la viviseccionarán y repartirán culpas a granel, aunque todos la tienen por igual.

En lo que sí me enfoco es en la derrota que esto significa para el gobierno usurpador, tan necesitado de distracciones en el cada vez más descompuesto escenario nacional, con el número de muertos aumentando por su 'guerrita' (prácticamente uno por hora), la pobreza rampante, la corrupción galopante (y cada vez más pública), la iglesia tratando de meter sus dogmas en la Constitución por medio de sus personeros (hay dos o tres proyectos de ley que preocupan) y el espurio llendo y viniendo de vacaciones sin hacer realmente nada.

Para Fecal el sexenio ya se acabó también y sólo está de monito de pastel.

Pero sin Mundial, con el país de vuelta a la normalidad pues nadie va a ver partidos entre semana y si acaso los tres últimos, es hora de regresar a la realidad y empezar a construir los mecanismos necesarios para traer de vuelta la paz, la justicia y la democracia a este México tan lejos de sus habitantes y tan cerca de sus explotadores.

Por una República libre, laica y democrática; a la memoria de Monsiváis y Saramago.